En el cortometraje "Entre Vivos y Plebeyos", se evidencia con claridad como nuestra forma de vida debe de cambiar. Ver el vídeo y luego sigue la lectura.
La ética en general puede ser abordada desde tres dimensiones (Cortina, 2015): ética de las organizaciones, ética de las instituciones y la ética
de las profesiones. La primera se refiere a la existencia de una cultura ética
basada en valores cívicos establecidos; el segundo se refiere a la existencia
de normas y códigos de ética que rigen la conducta de las personas y el tercero
está referido a las normas Deontológicas que establecen el aporte que cada
profesión brinda a la sociedad y al bien común desde su particularidad o ámbito
interno y ésta última se desarrolla a partir de factores intrínsecos más que extrínsecos.
Esta idea propuesta por Cortina coincide con las conclusiones de estudios
recogidos por Fischman (2014) en su libro “Motivación 360°” donde se sostiene
con claridad la importancia de desarrollar en los trabajadores el sentido y
vocación a sus propias actividades profesionales. Siguiendo con la misma idea
Goleman (1995) en su libro “Inteligencia emocional” podría deducirse que existe
una relación entre la empatía y la ética, en la cual la primera es la emoción
propia de las personas y de las comunidades que nos permite reconocer al
semejante y pueden haber explicado los inicios de la familia como unidad básica
de la sociedad. Esto también se afirma por Corredor al citar a Boff (2009) el
cual afirma: “Ninguna sociedad tanto en el pasado como el presente vive sin una
ética. Como seres sociales, necesitamos elaborar ciertos consensos, cohibir
ciertas acciones y crear proyectos colectivos que dan sentido y rumbo a la
historia (…)”. En esta misma línea Covey (1989) en su Libro “Los 7 hábitos de
la gente altamente efectiva” describe lo que él llama “principios” diferente a
los valores sociales, los principios están referidos a normas de vida que son
reconocidas más allá del espacios cultural al cual pertenezcas son normas que
nos hace ser y sentirnos partes de una comunidad humana.
En conclusión Cortina, Corredor, Boff, Fischman, Goleman y
Covey, abordan el estudio de diferentes dimensiones de la conducta humana, pero
me atrevo a afirmar que coinciden en un aspecto: la ética es inherente a nosotros
y partiendo de esta afirmación, es necesario defender la idea que todo ámbito de
acción humana implica de forma explícita incorporar la dimensión de la ética en
nuestras acciones.
La pregunta es .. ¿estamos dispuestos a pensar nuestras
acciones desde la dimensión ética?

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