¿Para qué sirve la ética?

¿Para qué sirve la ética? Esta es un pregunta que muchos autores se hacen. Si lo pones en perspectiva y en contexto pareciera que la respuesta se cae de madura: “para nada”, sin embargo justamente el reconocer la realidad social, económica, política en que vivimos, podríamos afirmar sin temor a equivocarnos que la respuesta es todo lo contrario, existe una enorme necesidad de “Ética” en todos los campos de nuestra vida.

¿Podemos comportarnos bien en el aula de clase y en la casa no?, ¿es correcto hacer el bien con nuestra familia, pero no con un extraño, justamente porque es un extraño?, ¿hasta dónde nos da nuestra bondad? Son más preguntas que respuestas, pero justamente la formación ética, muy en el fondo nos confronta con nuestras maneras de pensar. No afirmo que por estudiar ética seremos más éticos, pero lo que sí puedo afirmar, es que si has estudiado ética, deberías intentar ser una mejor persona que trata de hacer el bien. No se trata de intentar ser perfectos, solo el hecho de intentarlo ya denota una imperfección de carácter, se trata de siempre aspirar a vivir mejor, en libertad, como diría Savater, considerando a los demás como seres humanos, en su complejidad y simpleza, si tratas a otros así, es muy probable que te traten también así, o por lo menos sientes el derecho de exigir que te traten así.

¿Para qué sirve la ética? Sigue siendo una cuestión menos filosófica y más cotidiana. Cuando uno se enfrenta a dilemas morales, estudiar o ir por el camino fácil y copiar en el exámen, decir que he realizado el trabajo en equipo, sabiendo que no has aportada nada.

Justamente la ética es la capacidad para juzgarte y determinar si lo que haces es bueno o malo, y esto solo se logra si es que los valores están alineados y forman parte de una moral validada y respetada por todos los miembros de una comunidad que intenta hacer el bien para todos.

¿Para qué sirve la ética?. Terminaría citando: “A ese saber vivir, o arte de vivir si prefieres, es a lo que llaman ética” (Savater, F. Pag 18). Ahora la pregunta puede ser: ¿cómo desarrollamos el talento para saber vivir bien?

Por Angel Crovetto